El tema del próximo Seminario Internacional
produjo en el Departamento la organización de un trabajo en distintos espacios,
y en el de sus responsables docentes con
la forma de cartel, a partir de interrogar si se corresponde tal afirmación con
la “La feminización de los cuerpos'.
Un punto de arribo y a la vez de partida, fue
situar las referencias de Lacan de los Seminarios XVII, XIX, XX hasta ahora.
En el trabajo de elaboración de citas de los
dos primeros, capítulos XI y XIV respectivamente, se acordó en una primera
instancia para avanzar en la exploración de los textos, en considerar una
cierta equivalencia en el campo de lo social, entre feminización y globalización en
el sentido sencillo del para todos, de su carácter irrefrenable, extensible y con constatación
de fenómenos transformadores de las
culturas, se trataría de ello en la
feminización. Es cierto que en ésta no resulta de un plan de los mercados
propios del capitalismo aunque tenga relación con ello. Sí en cuanto a que es
hasta aquí, occidental. Esa suerte de relación que establecemos, no contradice
la particularidad de considerarla en relación al no-todo. Proponemos interrogar
este punto.
La
referencia del Seminario XIX permitió considerar que el no-todo no resulta de que nada lo limite, es decir que hay falta de límite diferente al todo
como conjunto. Sino que el límite se sitúa allí de otro modo. Al contrario de
situar la excepción de hay uno en la
existencia del Padre cuyo decir que no lo ubica en relación a la función fálica, en la
posición de la mujer respecto a esa función en tanto en el plan de la
existencia no existe ninguna que no esté en la función, está el vacío, la falta
de algo que niegue la función fálica. Eso dice de ella no-toda. No significa
que niegue la función, ella no existe en
esa función por negarla.
En otro sentido, no es el lugar del Otro, se
inscribe en un lugar distinto del O como lugar de la verdad. Entonces, así como
la existencia del decir que no, se traduce por la función del conjunto vacío, la no existencia de lo
que negaría la función fálica se traduce por el hecho de ausentarse, de estar
en otro lado, en el lugar donde se sitúa la palabra.
Queremos avanzar en esta vía para responder a
la pregunta de si la feminización responde a la lógica del no-todo en esta
perspectiva de Lacan, referido la mujer, lo que trataremos de avanzar en el
Seminario Internacional mismo.
Los siguientes puntos son los que a modo de
aproximaciones acercamos como otras vías de trabajo surgidas.
Estela Carrera parte de la pregunta ¿Qué pasa
con los cuerpos en el siglo XXI?¿De qué sufren, cómo se enlazan? El
psicoanálisis se especifica por ocuparse
del síntoma como acontecimiento de cuerpo, lugar donde palabra y cuerpo se
juntan o no se juntan, lugar donde se abrocha o no la cadena significante y el
goce pulsional. Es en este sentido que Lacan pudo decir que un síntoma es un etcétera. El retorno del mismo acontecimiento, podemos
hacer muchas cosas con la reiteración de lo mismo, al decir de Miller. ¿Qué
haremos los psicoanalistas con eso en la clínica actual?
Roxana Chiatti al abordar la “feminidad
emergente”, destaca cómo estalla la cuestión femenina en la subjetividad
actual. Algo de un goce que se presenta difuso, informe, insituable por las
marcas significantes, un goce que no se rige por la norma fálica. Para tener un
cuerpo se necesita que lo simbólico muerda, lo marque, deje sus huellas (el
acontecimiento de cuerpo). Esa mordedura cuando no se produce, tiene consecuencias.
Pareciera que hace falta intervenir sobre la piel, sobre la carne. Modos de
freno al goce allí donde no hay el instrumento para producir esa operación.
Esta inscripción en la carne es una función de nuestro tiempo. La artista
plástica francesa Orlan, creadora de lo que se llama “carnal art”, rama del
arte más intensa que el body painting, reivindica su derecho a reinventar su
propio cuerpo haciendo un uso propio de la cirugía estética. Cuerpo sobre el
cual trabajar, pasando moebianamente de hacerse sujeto a objeto de sus propias
perfomances. ¿El cuerpo, así tratado, es signo de que se feminiza?
Graciela Martínez parte del “efecto
feminizante” al que se refiere Lacan en el Seminario XVII (la cita referida). “Por
estructura, la feminización”, por la incidencia del discurso. Lacan señala el
efecto feminizante del objeto a del
lado masculino, diferente al que se produce del lado femenino, porque aquél
reconoce en el objeto lo que forma la causa de su deseo, es decir que el objeto
toma forma en tanto se recorta del marco de la castración, que regula y limita
la pulsión. Del lado femenino, se
transforma en una insubstancia, sin
forma, ilimitado, no regulado por el universal de la castración, sino ligado a
“la mujer como horizonte”.
Surge la pregunta si la formalización de Lacan
del Seminario XIX expuesta más arriba sería una suerte de respuesta que
podríamos usar, de la feminidad emergente y el efecto feminizante en la perspectiva de la feminización de los
cuerpos.
Continuamos con estas vías de investigación.
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