martes, 9 de abril de 2013

Nota 11

Efectos feminizantes
Es preciso distinguir en la época los efectos feminizantes. Habría, lo que llamaremos el efecto feminizante que es el  objeto a, relativo a la ciencia.[1] La ciencia reduce al sujeto a un objeto, pero también tratándolo ella misma  desde un lugar de objeto. La ciencia objeto,  objetivadora produce objetivamente,  la forclusión del sujeto como tal. Como consecuencia se producen la  inhibición y  la fijación. En el híper-forzamiento de que todo lo real sea simbolizable, es lo simbólico mismo lo que se convierte en lo real, ¿el mencionado desencadenamiento de la ciencia tendría relación con esto? Hay otro efecto feminizante que no es el del objeto a, sino es el producido por el horizonte de la mujer, es decir por la introducción lógica de la inexistencia[2] y  de un  goce suplementario que instala  la advertencia de un espacio no métrico, un espacio donde hay algo que no podrá ser medible de ninguna forma, y donde aparece la dimensión del sujeto, el hallazgo y la invención como tal.
Goce femenino y letra
Eso que Lacan dilucido en la vía del goce femenino, luego lo extendió hasta hacer de ello, el régimen del goce en tanto tal, imposible de negativizar, in simbolizable, e indecible que guarda afinidades con el infinito [3]y con la letra.
El goce femenino no puede ponerse en palabras, es rebelde al saber, e imposible de negativizar. Lacan lo define como el esfuerzo de un goce envuelto en su propia contigüidad [4]Un goce envuelto en su propia contigüidad implicaría una suerte de  clase de cantidad topológica, no cuantificable ya que se trata de una cantidad discreta que al introducirse en un cálculo es considerada una unidad-objeto, no unidad de medida. La operación de comparar esta clase es la de contar,  enumerar, o sea  la serie,  pero no medir. Un goce a porfía del falo, es decir a porfía del significante, desafiando la significantización y la medida. . Este goce desconocido afloró del  estudio de la sexualidad femenina que le permitió a Lacan, levantar una punta del velo, es lo que desarrolla en el Seminario Aún.  Pero después también lo encontró en el varón donde esta más escondido bajo la baladronada del goce fálico… Este goce reservado a la mujer es la parte que existe sin sufrir la prohibición, que no es incluida en el sistema de prohibición, recuperación y su superación dialéctica.[5]
¿Esto quiere decir que es un goce que hay, existe  posible, vivificante, positivizado, que guarda una relación con el Uno el significante solo, la letra?
Un goce incontabilizable en tanto se sitúa más allá del falo. No obstante cuenta con el falo en tanto letra. Letra fálica[6] que escribe el goce singularísimo imposible de negativizar. Esto pone en  perspectiva la afinidad de lo femenino con la letra, que es otro registro que el del significante. La letra, al igual que la mujer, no puede decir lo que es en tanto mujer. De allí su silencio[7]. No obstante, el psicoanálisis  encuentra que la escritura le posibilita  a una mujer inscribir un trazo sobre un horizonte donde el cuerpo y el inconsciente no son más que hendiduras.

Carolina Córdoba
Coordinadora de la Hemeroteca del CIEC


[1] Bassols Miquel, “Ciencia, ficción y feminización” en El Orden simbólico en el siglo XXI Grama ediciones, Bs.As. 2012 páginas 212 y 213
[2] Ibídem página 213
[3] Gorostiza Leonardo, “El goce femenino en el sigloXXI” en El Caldero de la Escuela Nueva Serie Nº 17 Publicación de la EOL Año 2012 página 30

[4] Lacan Jacques “Ideas directivas para un congreso sobre sexualidad femenina” en Escritos Dos Siglo XXI Editores Bs. As. 2008 páginas 714
[5] Miller Jacques Alain Curso El Ser y el Uno.  Inédito
[6] Indart, Juan Carlos. “Efectos de formación matematicos” en Revista Lacaniana Nº12  Publicación de la EOL Bs. As. Página 86 Abril del 2012
[7] Gorostiza Leonardo, “El goce femenino en el sigloXXI” en El Caldero de la Escuela Nueva Serie Nº 17 Publicación de la EOL Año 2012 página 30

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