sábado, 6 de abril de 2013

Ernesto Sinatra Responde

Ernesto Sinatra es psicoanalista en Buenos Aires y A.M.E de la EOL.


''¿Qué incidencia tiene esta época del no-todo en los nuevos modos de gobierno, conducido por mujeres?''

 
Para empezar, hagamos un poco de historia ya que -como enseñaba el doctor Lacan- para estar orientado siempre es bueno saber de dónde viene la palabra.

El tema de la feminización del mundo fue destacado por Jacques-Alain Miller en 1997, en su Curso de la orientación lacaniana, en colaboración con Eric Laurent. Por mi parte,  y con un conjunto de amigos y colegas constituimos el Ateneo de Psicoanálisis y Género hace ya más de dos años, para seguir esa orientación desde la hipótesis de la feminización del mundo, lo que nos ha permitido leer los fenómenos que atraviesan la época, sobre todo por las consecuencias clínicas que de ellos se desprenden.

Ese Ateneo ha tomado hoy forma de Seminario en la EOL y desde allí continuamos un programa de investigación centrado en la problematización del nuevo orden mundial que se desprende del ocaso global del Padre-Uno (cuestión a problematizar con la reciente designación de un papa argentino y el revuelo que ha producido) y una de sus mayores desinencias: la caída de lo viril (al menos de la virilización masculina, ya que también hay la virilización femenina, ¿no?) y el ascenso social de las mujeres al poder (aquí la diferencia posición femenina, goce femenino, acceso fálico de una mujer, no debe ser desestimado para nuestra investigación).  

En los inicios de este plan de trabajo tuve ocasión de destacar hasta qué punto la ley del matrimonio igualitario y la ley de la identidad de género responden -a la así denominada- feminización del mundo. Digo ello, ya que para nosotros se trata de establecer las diferencias con la nominación sociológica apelando a nuestras categorías conceptuales para leer los fenómenos producidos.

Es una condición previa para responder a su pregunta. Porque cuando nos referimos al nuevo orden del mundo hipermoderno regido por el no-todo (luego de la extracción de la excepción -siguiendo puntualmente a Jacques-A.Miller-) debemos precisar el alcance de nuestros conceptos y matemas.  

Por ejemplo, cuando hablamos de las mujeres en esta  época, ¿de qué tipo –o tipos- de mujer hablamos? ¿No sería una paradoja hablar de “nuevos modos de gobiernos conducidos por mujeres”, ya que de ese modo hacemos existir –con ese mismo acto de nominación- el universal femenino que, precisamente el no-todo excluye? Por un lado afirmamos que la condición singular de una mujer no es colectivizable, pero por otro lado hacemos colección universal con ellas. Desde los feminismos, ya se han encontrado con la dificultad en la nominación y/o clasificación: feministas de la igualdad; de la diferencia; feministas liberales; reduccionistas biológicas; esencialistas; feministas culturales; sexistas; post-estructuralistas…¿acaso ocupan el mismo lugar las diferentes mujeres que conducen hoy los distintos países como mandatarias? 

Si bien la época actual, inscrita en el empuje al No-todo, parece favorecer el legítimo acceso de las mujeres a los puestos de mando, es conveniente que –más acá de toda clasificación sociológica-identitaria-  no mezclemos nuestras categorías sin precisarlas.

Por supuesto, podemos disculparnos manifestando que, a su vez, no toda mujer es no-toda, y que participa del universal por su relación al falo (lo que la hace que no sea loca del Todo, como bromeaba Lacan comentando a la letra las fórmulas de la sexuación); pero creo que es preciso recordar la paradoja de la nominación femenina para agujerear la categoría sociológica y no quedar adheridos a ella.

Para responder a la paradoja he intentado servirme de las categorías RSI para caracterizar de este modo a la feminización del mundo: 1) Fenómenos: promoción de atributos imaginarios. Caracterización de lo femenino a partir de los fenómenos de intimidad y sensibilidad -más sus desinencias: capacidad de escucha, de comprensión, presencia de emociones, etc. Se privilegia en ellos la riqueza corporal de la sensibilidad a la rigidez del entendimiento.  2.) Nominación: inscripción histórico-social de lo femenino. Acentúa el lugar obtenido por las mujeres en la historia desde el siglo XIX a partir de la inscripción simbólica de los derechos de la mujer: ‘feminismo de la igualdad de derechos’ (denominado también de la ‘primera Ola’); cuestionamiento de los usos androcéntricos del lenguaje (correlativa promoción de la equivalencia del apellido materno con el paterno, etc.)… 3) Escrituras singulares de inconsistencia: Efecto mayor de la no-inscripción de lo femenino -como el Uno de lo universal- en lo inconsciente: el No-Todo de la estructura (que determina los fenómenos) produce conjuntos abiertos, inconsistentes, en red; desprendimiento de goce femenino: singularidad real de la posición femenina afectando a Un cuerpo (infinitización, ausencia de excepción, excepcionalidad).

Ésta es la vía actual, abierta, que sigue nuestra investigación en el Seminario de Psicoanálisis y Género en la EOL y que tal vez pueda aportar algo al Coloquio del CIEC.
 
  • Agradecemos la amable disposicion de Ernesto Sinatra

 

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