Ernesto Sinatra es psicoanalista en Buenos Aires y A.M.E de la EOL.
''¿Qué incidencia tiene esta época del no-todo en los nuevos
modos de gobierno, conducido por mujeres?''
Para empezar,
hagamos un poco de historia ya que -como enseñaba el doctor Lacan- para estar
orientado siempre es bueno saber de dónde viene la palabra.
El tema de la feminización del mundo fue destacado por
Jacques-Alain Miller en 1997, en su Curso
de la orientación lacaniana, en colaboración con Eric
Laurent . Por mi parte, y con un conjunto de amigos y colegas
constituimos el Ateneo de Psicoanálisis y
Género hace ya más de dos años, para seguir esa orientación desde la
hipótesis de la feminización del mundo,
lo que nos ha permitido leer los fenómenos que atraviesan la época, sobre todo
por las consecuencias clínicas que de ellos se desprenden.
Ese Ateneo ha tomado hoy forma de Seminario
en la EOL y desde allí continuamos
un programa de investigación centrado en la problematización del nuevo orden
mundial que se desprende del ocaso global del Padre-Uno (cuestión a
problematizar con la reciente designación de un papa argentino y el revuelo que
ha producido) y una de sus mayores desinencias: la caída de lo viril (al menos
de la virilización masculina, ya que también hay la virilización femenina,
¿no?) y el ascenso social de las mujeres al poder (aquí la diferencia posición
femenina, goce femenino, acceso fálico de una mujer, no debe ser desestimado
para nuestra investigación).
En los inicios
de este plan de trabajo tuve ocasión de destacar hasta qué punto la ley del matrimonio igualitario y la ley de la identidad de género responden
-a la así denominada- feminización del mundo.
Digo ello, ya que para nosotros se trata de establecer las diferencias con la
nominación sociológica apelando a nuestras categorías conceptuales para leer
los fenómenos producidos.
Es una
condición previa para responder a su pregunta. Porque cuando nos referimos al
nuevo orden del mundo hipermoderno regido por el no-todo (luego de la extracción
de la excepción -siguiendo puntualmente a Jacques-A.Miller-) debemos precisar
el alcance de nuestros conceptos y matemas.
Por ejemplo,
cuando hablamos de las mujeres en esta
época, ¿de qué tipo –o tipos- de mujer hablamos? ¿No sería una paradoja
hablar de “nuevos modos de gobiernos conducidos por mujeres”, ya que de ese
modo hacemos existir –con ese mismo acto de nominación- el universal femenino
que, precisamente el no-todo excluye? Por un lado afirmamos que la condición
singular de una mujer no es colectivizable, pero por otro lado hacemos
colección universal con ellas. Desde los feminismos, ya se han encontrado con
la dificultad en la nominación y/o clasificación: feministas de la igualdad; de
la diferencia; feministas liberales; reduccionistas biológicas; esencialistas;
feministas culturales; sexistas; post-estructuralistas…¿acaso ocupan el mismo
lugar las diferentes mujeres que conducen hoy los distintos países como
mandatarias?
Si bien la
época actual, inscrita en el empuje al No-todo, parece favorecer el legítimo acceso
de las mujeres a los puestos de mando, es conveniente que –más acá de toda clasificación
sociológica-identitaria- no mezclemos
nuestras categorías sin precisarlas.
Por supuesto,
podemos disculparnos manifestando que, a su vez, no toda mujer es no-toda, y
que participa del universal por su relación al falo (lo que la hace que no sea
loca del Todo, como bromeaba Lacan comentando a la letra las fórmulas de la
sexuación); pero creo que es preciso recordar la paradoja de la nominación
femenina para agujerear la categoría sociológica y no quedar adheridos a ella.
Para responder
a la paradoja he intentado servirme de las categorías RSI para caracterizar de
este modo a la feminización del mundo:
1) Fenómenos: promoción de
atributos imaginarios. Caracterización de lo femenino a partir de los fenómenos
de intimidad y sensibilidad -más sus desinencias: capacidad de escucha, de
comprensión, presencia de emociones, etc. Se privilegia en ellos la riqueza
corporal de la sensibilidad a la rigidez del entendimiento. 2.) Nominación:
inscripción histórico-social de lo femenino. Acentúa el lugar obtenido por las
mujeres en la historia desde el siglo XIX a partir de la inscripción simbólica
de los derechos de la mujer: ‘feminismo de la igualdad de derechos’ (denominado
también de la ‘primera Ola’); cuestionamiento de los usos androcéntricos del
lenguaje (correlativa promoción de la equivalencia del apellido materno con el
paterno, etc.)… 3) Escrituras singulares
de inconsistencia: Efecto mayor de la no-inscripción de lo femenino -como
el Uno de lo universal- en lo inconsciente: el No-Todo de la estructura (que
determina los fenómenos) produce conjuntos abiertos, inconsistentes, en red;
desprendimiento de goce femenino: singularidad real de la posición femenina
afectando a Un cuerpo (infinitización, ausencia de excepción, excepcionalidad).
Ésta es la vía actual, abierta, que sigue nuestra investigación en el
Seminario de Psicoanálisis y Género
en la EOL y que tal vez pueda
aportar algo al Coloquio del CIEC.
- Agradecemos la amable disposicion de Ernesto Sinatra
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